jueves, 17 de diciembre de 2009

¡Prohibido leer!

Me echaron del McDonald's.
Sí, a mí. Que no me gusta llamar la atención, que me siento en rincones, que no molesto (o eso creo je).
Tenía un bache en capital, así que fui a almorzar al McD. que está en Corrientes y Pellegrini, el de la esquina... sí, ese... exacto.
Voy, 13:30hs., mucho traje, mucha gente. Me pido mi menú porteño y me siento en esas barras tristísimas para los que comen solos (no había mesa dsiponible). Como, tranquila. Termino de comer, aparto un poco mi bandeja y me pongo a leer un libro que me compré hace poco ("El ghetto de las ocho puertas", dicho sea de paso: muy recomendable). Pasan los capítulos y el local ya no estaba tan lleno. Viene una McGirl y me dice "Disculpame, pero si ya terminaste de comer te tenemos que pedir que te retires". Es verdad, es un lugar para ir, comer, poca sobremesa y listo. Y es cierto que yo ya estaba hace un rato ¡pero ya no estaba abarrotado y había lugar para que la gente se sentara!
Tuve que salir de mi adorada burbuja de ñoñez, para ir a comprar regalitos a Florida. C'est la vie!

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